La primera batalla del Capitán América

Fecha: 31 de mayo de 2020 Categoría: Comic Comentarios: 0

A veces los héroes del cómic luchan en la vida real. Uno de ellos es el Capitán América. En la portada de su primer cómic, en 1941, aparece golpeando al mismísimo Adolf Hitler. El líder del Tercer Reich ni siquiera alcanzó el estatus del gran enemigo en esas historietas: más bien asemejaba un bufón controlado por científicos locos y mentes más siniestras que la suya.

 

En ese año Estados Unidos aún no entraba en la guerra y aún dudaba en hacerlo. Peor aún, al interior del país estaban activas muchas organizaciones políticas e incluso paramilitares afines a la ideología nazi. No olvidemos que el nazismo se exportó antes del inicio de la segunda gran guerra y sedujo a muchos en el continente americano. Incluso, algunos artistas e intelectuales mexicanos fueron simpatizantes del nazismo, sobre todo en sus orígenes, como José Vasconcelos y el Dr. Atl.

 

Pues bien, esos grupos pronazis, verdaderas quintacolumnas al interior de Estados Unidos, se molestaron mucho con aquellos primeros cómics del Capitán América. Los consideraron un instrumento de los judíos neoyorquinos. Incluso llegaron a lanzar amenazas contra sus creadores, Joe Simon y Jack Kirby. Las amenazas se extendieron a la misma editorial Timely Publications (hoy Marvel Comics) y a todos los que trabajaban en ella.

 

En algún momento las cosas se pusieron más agresivas y fue necesario pedir apoyo a las autoridades. El alcalde de Nueva York, por esa época, era el legendario Fiorello Laguardia, quizás el mejor recordado de todos los políticos neoyorquinos. Era todo un personaje: de muy baja estatura, quizás de 1 metro y sesenta (por eso le decían “The Little Flower”, es decir, “La Pequeña Flor” o “La Florecita”), de voz muy aguda y un gran lector de cómic, así como un fanático de la radio. Fue famoso que durante alguna época leía los cartones o historietas de los periódicos, dramatizándolos, para que los niños pudieran disfrutarlos. Pero también era un funcionario enérgico y temperamental. Además, si bien su padre era italiano, su madre era judía. Cuando supo de esas presiones a los creadores de Capitán América se comprometió públicamente a defenderlos y protegerlos. Envió policías a custodiar el edificio de la editorial, en la Calle 42. Los simpatizantes nazis poco pudieron hacer, más allá de lanzar amenazas y rechinar los dientes por el maltrato a su adorado Führer.

 

Con el tiempo Estados Unidos se decide, por fin, a participar en la guerra, lo cual le dio la razón al Capitán América. Pero este Capitán ya había ganado, para esa fecha, su primera gran batalla. No lo hizo solo, claro, tuvo el respaldo de otro gran personaje: Fiorello, una pequeña flor bastante enérgica y temperamental, que no andaba con tibiezas a la hora de tomar decisiones.

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