Destinos

Fecha: 19 de noviembre de 2019 Categoría: Eso que brota Comentarios: 0

A veces las palabras se elevan,
se entrelazan con el viento,
vaporosas,
se sienten nube un momento
y luego se disipan.

Con el tiempo se vuelven polvo,
enrarecen,
acumulan,
y al final descienden en algún lugar.

Otras veces se quedan cortas,
entonces se humedecen al brotar.

Es cuando las palabras se vuelven lágrimas,
caen a plomo al mismo suelo
donde las otras,
las esquivas,
las que soñaron con ser nube,
tarde o temprano llegarán.

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