Una imagen

Fecha: 20 de julio de 2019 Categoría: Eso que brota Comentarios: 0

Ella está de pie. Él también, Miran hacia el frente, pero no a la cámara. Alguien les dijo que deben mirar a un punto indescifrable, algo en la distancia, quizás una cosa que pasa. Ella limpia, bien planchada. El ajado, como los días de labor, como la vida sin tregua. Es una pareja madura. Mineros, quizás. Lo digo por la escalera a un lado, el pico y la pala al suelo. Atrás una gran piedra. El viejo fotógrafo me dijo: “inventa una historia”. Lo hice. Supuse que él se dedicaría por años a golpear la piedra hasta volverla añicos y ella lo asistiría con la resignación de lo que toca en vida. Supuse una vida de búsqueda con hallazgos ocasionales de sonrisa fugaz, para volver a la faena del día siguiente. Pero no fue así. El viejo fotógrafo me lo dijo al final: en realidad ni se conocían. Los vio al pasar y les pidió que posaran frente a esa piedra. Los implementos ―escalera, pico y pala― ya estaban allí. Por eso la pareja ocasional guarda distancia y mira hacia algún lugar. Por eso se perciben incómodos. Una pose sin mayor propósito. Un afán de participar en lo que alguien pide. Estar allí nada más, mientras alguien toma una foto que parece contar una historia. Y yo aquí sacando conclusiones que a nadie importan. Otro día no diré lo que pienso y haré como ellos: me recargaré en una gran piedra y miraré sin decir nada.

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