Guardar el deseo en la bolsa para imaginar que persiste en la distancia…
o recoger los deseos que otros llevaron cargando
para compartirlo con aquéllas que quisieron esperarlo.
Conservar esos deseos recogidos de aquellos que cayeron
mantenerlos en cada intervalo
soplarles para reanimarlos
pasarles la lengua para hidratarlos
sin perder la secuencia de los caídos
los que se hundieron
con cada deseo apretujado
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