Ironía y realismo (o el difícil arte de rascarse con las propias uñas)

Fecha: 15 de enero de 2017 Categoría: Nueva guía de perplejos Comentarios: 0

Ironía. Durante años se nos adiestró a renegar de los modelos intervencionistas y cerrados en lo económico. Se nos decía que debíamos abrirnos y competir, pues lo que necesitábamos era comercio. Se nos dijo, también, que las empresas locales eran ineficientes y caras. Incluso, algún estratega agropecuario dijo que el modelo de autosuficiencia alimentaria era absurdo y que resultaría mejor un modelo de «seguridad alimentaria», acorde con el mercado, lo que nos permitiría, por ejemplo, adquirir maíz barato en el mercado internacional en lugar de producirlo caro dentro de nuestras fronteras. Hoy llega al poder un proteccionista extremo en la nación que se nos vendía como el paradigma de la libertad económica (lo cual fue una exageración, claro, pues EUA siempre fue proteccionista cuando así le convenía). Se agotaron los argumentos. Cayeron los referentes. Ahora quizás nos adiestren a concentrarnos en nosotros mismos y desarrrollar el difícil arte de rascarnos con nuestras propias uñas. ‬

‪Realismo. Sólo queda prepararse para la guerra comercial, que en realidad es una guerra de posiciones. En estos casos el primero que pestañea es el que pierde. Así que por cada acción que promueva Trump debe surgir otra en respuesta, más dura que la primera, por parte del gobierno mexicano, apostando a que los intereses económicos afectados presionen a su propio presidente hasta que ceda. Es lo que han hecho algunas naciones antes, como Francia, en su relación con EUA. Pero los mexicanos no sabemos jugar fuerte en nuestra relación con el país vecino y preferimos apostar por el largo plazo, esperando a que las aguas retomen su cauce. Tendremos que aprender rápido. Lázaro Cárdenas fue experto en esos juegos de poder y no le fue mal. Habrá que retomar su ejemplo. ‬

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