Nuestros defectos pueden ser grotescos y desagradables, pero están allí por algo. Quizás fueron muy útiles en algún momento de nuestra vida. Desconfío de quienes los critican con ligereza. Me da la impresión que los envidian en lugar de rechazarlos. Además, algunos de los defectos que poseemos nos ayudaron a sobrevivir y quizás, en cierto momento, puedan ser una plataforma para saltar y sobresalir.