1. Deambulaba sin ti pensando en mí hasta que decidí olvidarme. Después todo fue más sencillo: di vueltas en torno a ti sin pensar en mí. Por lo menos superé el deambular sin sentido.
2. Todo se derrumba mientras camino, pero se mantiene casi intacto el artificio de la memoria. Una memoria que preserva lo que hago y lo que digo para reconstruir lo que puede quedar de mí.
3. Sigo creyendo en lo que puedo ser y dudando de lo que fui. Incluso, es posible el desacierto si intento definir lo que ahora soy. En suma: no sé lo que fui, dudo de lo que soy y sigo esperanzado en lo que seré.