Desmesura

Fecha: 7 de abril de 2016 Categoría: Atisbos Comentarios: 0

Hannibal -la serie que llega a su fin, un tanto fatigada, con su tercera temporada- es un ejercicio gótico, incluso onírico (si tal cosa existe) inspirado en las obras de Thomas Harris. Cada quien tendrá su opinión, pero a mí me gustó. Es cierto que abusó y llegó a lo grotesco en varios momentos.También es verdad que revolvió y descompuso los finos hilos narrativos de Harris, pero es un deleite explorar los complejos laberintos mentales de un agente atormentado por su don de extraordinaria empatía (Will Graham) y los resortes casi incomprensibles de Hannibal Lecter, ese psiquiatra agudo, de refinados gustos y diabólica genialidad, cuyo pecado no es tanto su deleite caníbal, sino la desmesura de creerse émulo de Dios. Experto como soy en todas las obras y adaptaciones, sigo prefiriendo aquella lejana película Manhunter (1986) que disfruté en la sala Jorge Stahl de Colima cuando tenía unos 19 años. Me sigue gustando más su sentido realista, su Will Graham (interpretado por el estupendo William Petersen, tan merecedor de mejores papeles) y su Hannibal (aquí llamado «Lektor») interpretado por un joven Brian Cox. Eso sí, no dejo de reconocer el extraordinario trabajo realizado por Hugh Dancy (Graham) y Mads Mikkelsen (Hannibal). En especial Mikkelsen logró hacernos olvidar el sólido diseño de Anthony Hopkins en «El silencio de los corderos» (algo casi imposible, pues Hopkins catapultó a la fama a Hannibal y lo volvió un personaje fascinante para las multitudes) y nos obsequió un Hannibal elegante (aun cuando mostraba un gusto estético un tanto anticuado en sus impecables trajes) y con una apariencia más melancólica y despreocupada. En suma, gracias al creador, Bryan Fuller, por una serie que me regaló tantos buenos momentos y hasta me despertó el apetito. Ahora a esperar un resurgimiento, que algún día llegará, pues la dupla Graham-Hannibal da para mucho más.

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