Un botón flojo en mi camisa.
Negado a cumplir el deber.
Cuando intento abrocharlo se escapa.
Podrá acordarse de mí cuando requiera refuerzo.
Lo cambiaré por otro, de su mismo color y talla.
Que sea diligente y activo.
Que no rompa la secuencia que cruza por el pecho y la panza.
Botón indolente: evita sujetarse y descansa.
Debería aprender de este otro, su hermano…
Holgado sí, más nada flojo.
Que aún con las hebras se afianza.