Viajeros del tiempo

Fecha: 1 de diciembre de 2017 Categoría: Atisbos Comentarios: 0

Una ley de la relatividad especial de Einstein dice que “la velocidad combinada del movimiento de cualquier objeto a través del espacio y su movimiento a través del tiempo es siempre exactamente igual a la velocidad de la luz”. Suena un poco extraño, pero es uno de los grandes descubrimientos de aquel genio solitario. Si algo está inmóvil para nuestros sentidos en realidad se está moviendo, junto con nosotros, a velocidad luz por el tiempo. Si ese algo (un automóvil, un avión, una persona) se mueve de repente en el espacio (avanza, retrocede o da unos pasos) su movimiento a través del tiempo se frena un poco, pero mantiene invariable su total de movimientos combinado (el que va a través del tiempo y el que está haciendo por el espacio), sumando ambos siempre la velocidad luz. Si pudiéramos viajar a velocidad luz por el espacio (algo imposible, pues sólo puede hacerlo la misma luz) el tiempo se detendría, pues no quedaría margen de movimiento en el propio tiempo. De esa forma, viajamos a velocidad luz por el tiempo y robamos algo de esa velocidad cuando nos movemos por la vida cotidiana. No es un fenómeno perceptible, claro, pues somos viajeros en el tiempo y nuestros relojes regulan lo cotidiano mientras comparten el viaje con nosotros. Eso cambia totalmente nuestros modelos de referencia. Si alguien está completamente inmóvil, en un sueño profundo, en realidad está viajando a velocidad luz por el tiempo. Seguiré pensando en eso hoy cuando vaya a dormir. Que nadie ose molestarme: viajar a velocidad luz tiene su chiste y eso significa permanecer todo lo inmóvil que se pueda.

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