Ciudad que se mueve…

Fecha: 6 de marzo de 2011 Categoría: Casa de Empeños Comentarios: 2

Ayer recordé una vieja lectura de Doctorow sobre aquella ciudad erigida sobre la roca: «En Nueva York todo estaba en diferentes niveles, la ciudad entera era roca y con la roca podía hacerse todo: construir rascacielos sobre ella, agujerearla para hacer túneles del metro, clavarle vigas de acero y hacer circular los ferrocarriles en el aire por entre los pisos de la gente». Pensé en Colima. Mi ciudad no se erigió sobre la roca, sino sobre un material gelatinoso que se vuelve líquido con el tiempo. Todo se va. Nada se queda. Colima se mueve, se rebela, se sacude al despertar de una pesadilla o al sentir la punzada ardiente del deseo. Colima está de paso. Le gusta caer de rodillas, rezando al santísimo entre los escombros, para luego levantarse, erigirse de nuevo, reconstruirse y seguir como si nada. Algunos osados quisieron izar muros sobre ella pero pronto renunciaron a los pisos de más y ya nadie se atreve a rascar los cielos… Demasiado atrevimiento es poner techos cuando todo puede revolverse. Sería mejor olvidarlos y vivir a la intemperie, como los huertos. Quizás por eso, los viejos muros colimenses están hechos de adobe, es decir, de tierra, apenas porciones de suelo que se levantan un momento para luego retornar al polvo que siempre fueron. Pero Colima no quiere eternidad. Tan solo quiere ser mientras el mundo dura. Una sonrisa en la tarde, sobre las tejas.

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Comentarios

  1. me gusta!

  2. Gracias, un abrazo…