Cuatro veces las voces

Fecha: 26 de marzo de 2019 Categoría: Eso que brota Comentarios: 0
Alguien me dice cosas que no escucho,
o escucho sin comprender.
Por mis orejas cruzan
signos inconclusos
nombres a medias
apuntes ilegibles y, ¿por qué no decirlo?
barbaridades completas.
 
Sé que alguien me dijo algo importante
pero no puedo recordarlo
y a estas alturas de mi vida
no puedo precisar lo que es o no se es
aquello que fue o pudo ser
lo que tiene sentido o sufre de extravío
lo que debería repetir o callar.
 
Algunas veces, mientras callo
las voces de afuera arrecian
ensordecen
y otras veces
cuando hablo con fuerza
las voces se acongojan
como si aguardaran mi silencio.
Pero no es siempre:
En ciertos casos si grito
las voces también gritan
como una competencia de sonidos
y en contadas ocasiones
mi silencio es el silencio
de las voces que rodean.
 
Yo digo, ella dice
callo y ella calla
pero siempre alguien habla por allí
interrumpiendo nuestro cómodo silencio.
Deberían los demás estar atentos
al ritmo de los amantes que se miran.
El mundo sería más simple
y los silencios serían
(un poco más al menos)
elocuentes
sensatos
definitivos.
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