La palma tenía muchos cocos
y todos los conservaba
mientras los niños abajo
soñaban que los soltaba.
Pero ella siendo tacaña
riendo se los guardaba
hasta que el peso fue tanto
que hasta al suelo la jalaba
Moraleja:
Los cocos son malos recuerdos
y debes dejarlos caer.
Si los cargas te lastiman
hasta mirarte los pies.