El imperio de los jóvenes

Fecha: 17 de abril de 2019 Categoría: Historias al pasar... Comentarios: 0

Como no puedo salir a distraerme, agobiado por responsabilidades ineludibles, me decidí a revisar algunas series que colecciono para volverlas a disfrutar en la medida de lo posible. Una de ellas es bastante grata para mí: Boardwalk Empire, algo así como “el imperio del paseo marítimo” o incluso, “el imperio del malecón”. Está inspirada en un fragmento de la historia de Atlantic City, en la era de la prohibición (los años 20 del siglo pasado).

La historia gira alrededor de una figura histórica: Enoch “Nucky” Johnson (“Nucky” Thompson en la serie), tesorero de la ciudad, a medio camino entre el político republicano, el hombre de negocios y el mafioso irlandés. Pero lo más atractivo de la serie no es la fascinante personalidad de Nucky, sino que por allí aparecen. en sus inicios, algunos jóvenes que se volverían figuras legendarias del crimen organizado norteamericano, entre ellos Al Capone, Salvatore “Lucky” (el suertudo o el afortunado) Luciano, Meyer Lansky y Benjamín “Ben” o “Bugsy” Siegel.

Estos jóvenes surgen como aprendices o discípulos de figuras relevantes que después superarían e incluso eliminarían, tales como Arnold Rothstein, Johnny Torrio, Big Jim Colosimo, Joe Masseria y Salvatore Maranzano.

Algunas escenas de la serie son maravillosas, como la de aquel local de mala muerte donde Lucky y Meyer regentean una sala de juegos y planifican su futuro, mientras contrabandean alcohol y heroína o controlan a prostitutas. Son unos jóvenes de veintitantos. Ben Siegel, el futuro fundador de Las Vegas, es apenas un muchacho de 16 o 17 años, burlón, alocado, mujeriego y muy dado a la violencia.

Esos jóvenes, un siciliano y dos judíos, que parecerían destinados a una muerte temprana, llegarían a la cúspide de la mafia americana. Lucky fue el líder de la Cosa Nostra (se dice que ya valía un millón de dólares cuando tenía apenas 25 años). Meyer se volvería el financiero de la mafia y fundador del imperio del juego que iniciaría en La Habana (a los 34 años). Bugsy, por su parte, el visionario que desencadenaría el territorio de Las Vegas, fundando el mítico hotel Flamingo a sus 40 años (después sería asesinado por culpa de su desparpajo habitual). Pocas veces en la historia un grupo de muchachos de orígenes humildes (eran inmigrantes y crecieron en el famoso barrio del Lower East Side de Manhattan) logró alcanzar, aun siendo jóvenes, el mando supremo.

La historia brinda algunos casos más de la toma del poder por obra de un puñado de jóvenes. Podemos mencionar un par de ejemplos:

El ascenso al poder de la joven generación de compañeros de armas de Alejandro de Macedonia o Alejandro Magno. Muchos de ellos eran bastante jóvenes, tal como el mismo Alejandro, y a su muerte (a los 33 años) se disputaron el dominio del mundo (se les llamó “diádocos” o sucesores, así como “epígonos” o hijos de los sucesores), sembrando de reinos la cuenca del Mediterráneo: Casandro en Macedonia (unos 6 años menor que Alejandro), Lisímaco en Tracia (unos cuatro años mayor que Alejandro), Seleuco en Babilonia y Siria (dos años mayor que Alejandro), Ptolomeo (unos nueve años mayor que Alejandro) en Egipto, en fin. Esa generación de jóvenes conquistó el mundo conocido antes de los treinta, dominando a las ciudades griegas y arrasando imperios antiguos como el persa. Después, fundarían un nuevo orden mundial entre los treinta y los cuarenta años. Ese orden subsistiría por siglos hasta la aparición del dominio romano.

Otro ejemplo notable es el puñado de jóvenes que encabezó la revolución cubana, bajo el liderazgo de Fidel Castro. Esos jóvenes fueron, en general, los que primero asaltaron al Cuartel Moncada el 26 de julio de 1953 y después de su arresto y deportación a México, regresarían a seguir la lucha en una desesperada expedición desde las costas del río Tuxpan a bordo de la pequeña embarcación llamada Granma. Allí aparecen Ernesto “el Che” Guevara, Raúl Castro, Camilo Cienfuegos, Juan Almeida, Ramiro Valdés y otros más. Sabemos que el triunfo de la revolución cubana ocurre en 1959 y ellos nacieron en 1926 (Fidel), 1927 (Almeida), 1931 (Raúl), 1928 (Guevara), 1932 (Valdés) y 1932 (Camilo), así que el más veterano tendría 33 años y los más jóvenes apenas 27. Es casi un fenómeno de la toma del poder que se prolongó por décadas y que subsiste hasta nuestros días. Algunos ya murieron, por causas naturales o no, pero los que quedan se mantienen en el ejercicio del mando.

Después de todo, si bien es extraño, no es imposible que un puñado de jóvenes tomen al cielo por asalto y hagan realidad sus sueños de poder.

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