Hablo y otros hablan
uno pregunta, otro contesta,
muchos más hablan de sí
o de cosas que nadie extraña…
cruzan muchas manos
otras se guardan
muchas más levantan la taza
o llevan humo a la garganta…
el micrófono encendido
los enemigos aguardan
diles lo que tu quieras
o mejor no digas nada…
una mujer posa
el kiosco a su espalda
la cámara erguida entre su piel
la falda que se agita
y el jardín que se levanta…
mientras yo, ajeno a todo, también hablo,
y descubro a un carpintero,
oficioso entre los pájaros,
abriendo su boquete
hacia cosas que no hablan…