Algunas ideas escapan de mi, otras se vuelven realidad, unas apenas se dibujan. En distintos cajones conservo las que pasaron ciertas pruebas, las que aguardan mejor momento, las que no encontraron un oficio mundano que les diera forma, las que no son mías pero adopté y modifiqué a mi gusto, las que quisieron dar de sí pero no pudieron, las que me dieron miedo, las que siguen obligándome a levantar la ceja, las que pensé que nadie entendería, las que diré cuando nadie se moleste. Todas son importantes para mi. Temo por su destino, por lo que pasará con ellas cuando ya no esté aquí para pensarlas.