Mi familia materna es una familia de mujeres. Su origen es una pareja que llegó de Los Ortices o de Madrid, no lo recuerdo muy bien, y se instaló en una casona de la calle Morelos. Tuvieron un hijo, José María, domador de caballos que murió muy joven. También cuatro hijas que vivieron hasta muy avanzada edad: María (Mary), Rosario (Chayo), María de Jesús (Chuy) y Micaela (Mica), de apellidos Munguía Puente.
Mary se casó y se fue a vivir a la Ciudad de México. Tuvo una hija, Lila, que con los años se casó, tuvo tres hijas y se regresó a vivir a Colima, instalando un exitoso hotel en el mismo rumbo. Chayo tuvo una tienda al lado de la casona familiar donde vendía no sólo abarrotes, sino también petróleo y revistas. Allí crío a una única hija, Eva. Chuy tuvo dos hijas, Ofelia (Ofe) y Esther (They). Ofelia se casó y se fue a vivir a lo que fue la capital del país, donde tuvo dos hijas. Esther se volvió maestra y se casó con un profesor de Tecomán, del cual nació su único hijo. Micaela, por su parte, mi querida abuela, tuvo también tres hijas: Gloria, mi mamá Tita (se llama Carlota, pero no le gusta que le digan así) e Isabel (Chabe).
Si se pasa revista a la siguiente generación, también domina el lado femenino. Mary tuvo una hija, tres nietas y hasta la fecha lleva un solo bisnieto y un montón de bisnietas. Chayo sólo tuvo una hija y puras nietas. Chuy dos hijas, un par de nietos y otro par de nietas. Mi abuela Micaela tuvo tres hijas y más nietos que nietas (entre ellos mi hermana Ana Isabel y yo), pero me debió heredar algo de su fuerza femenina porque tengo dos hijas. Así que las mujeres me rodean por ese lado: tías abuelas, tías, una hermana, dos hijas y muchas primas y sobrinas.
Todo este recuento casi exclusivamente femenino tiene como propósito recordar a mi tía They, es decir, Esther Rodríguez Munguía, que murió apenas ayer (11 de agosto del 2019).
Fue una dedicada maestra normalista, una convencida priísta y una ferviente católica. Por casualidad aparece en un video que fomenté en mi etapa como secretario de Cultura, explicando las formas que adopta la fe Guadalupana en los barrios de Colima, (en las semanas próximas al 12 de diciembre). Me acompañó en muchos momentos importantes de mi vida, como en mis comparecencias en el congreso estatal.
Es curioso que haya muerto el día en que su partido, el PRI, celebró sus elecciones internas. De haber estado sana y activa, como lo fue siempre, sin duda habría llegado a votar. Yo sí voté, tía, y me acordé mucho de ti. Buen viaje.