Cambio libro viejo por ojos nuevos. Quiero ojos que no se asusten con la letra chica, que no se desorbiten por los sustos cotidianos, que no se empañen cuando deben enfocar lo bello, que no intenten ver más allá de lo evidente, que olviden el panorama para fijarse en el detalle y que dejen de girar hacia arriba cuando deben mirar el suelo.