Bendita duda…

Fecha: 11 de marzo de 2011 Categoría: La irreflexiva reflexión Comentarios: 0

¿Quién lo decía? ¿Jaspers, Kant?… El caso es que si el destino final del hombre nos fuera revelado de golpe arruinaríamos los mejores esfuerzos —los indagatorios, los inquisitivos, los indomables— que nos definen como humanos, los que nos vuelven seres en búsqueda de la perfección. El descubrimiento total de los secretos del mundo y el universo (en esta o en otra vida) nos arrojaría a la molicie, a la disipación o quizás a la profunda decepción. A final de cuentas cerraríamos en definitiva los esfuerzos por la libertad: ya no tendría caso buscar ni elegir… ni sería necesario hacerlo. Por eso la duda es una bendición. Nos permite analizar alternativas, equivocarnos, acertar a tientas y seguir buscando.

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