El filósofo que olvidó el ahora…

Fecha: 24 de febrero de 2011 Categoría: La irreflexiva reflexión Comentarios: 0

En su afán de distanciarse de las doctrinas del momento, de condenarlas al pasado y superarlas en definitiva, el filósofo imaginó una senda segura hacia el futuro, dotada de luz y certidumbre, donde la confusión de las ideas se resolviera. Dedicó a ello la mayor parte de su esfuerzo creativo: sintetizó teorías, concilió puntos de vista, localizó los aspectos antagónicos de algunas posturas que tenían algo de valía y, en muchos sentidos, estableció un programa para el futuro de las ideas, anticipándose a la evolución natural del pensamiento. Lo logró en gran medida, pero se olvidó de darle un nombre a las reflexiones del presente, así que cuando sus seguidores intentaron aplicar los frutos de su inquietante talento se encontraron con un barco a la deriva, sin anclaje en el mundo de nuestros días.

En su afán de distanciarse de las doctrinas del momento, de condenarlas al pasado y superarlas en definitiva, el filósofo imaginó una senda segura hacia el futuro, dotada de luz y certidumbre, donde la confusión de las ideas se resolviera. Dedicó a ello la mayor parte de su esfuerzo creativo: sintetizó teorías, concilió puntos de vista, localizó los aspectos antagónicos de algunas posturas que tenían algo de valía y, en muchos sentidos, estableció un programa para el futuro de las ideas, anticipándose a la evolución natural del pensamiento. Lo logró en gran medida, pero se olvidó de darle un nombre a las reflexiones del presente, así que cuando sus seguidores intentaron aplicar los frutos de su inquietante talento se encontraron con un barco a la deriva, sin anclaje en el mundo de nuestros días.

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