14

Fecha: 16 de junio de 2010 Categoría: Miniwebstern Comentarios: 0

Entré al Saloon. Las muchachas deseadas bailaban. Algunas, las menos aceptables, ofrecían su perfumada compañía. Otras esperaban por allí con aire ausente, como si no fueran putas, como si estuvieran allí por casualidad o por error, como si alguien debiera pagar mucho por eso. Las miradas de todas anticipaban lo que brindarían en la cama. La de ojos altaneros y despreciativos terminaría rápido y como haciendo el favor. La de ojos dispuestos querría mimarte para adormecerte y luego vaciaría tus bolsillos. La de ojos amargos te propondría algo para rehacer su vida sin esperar mucho, pero te atormentaría con la queja de todos sus infortunios. Yo buscaba a las de ojos inquietos. Ellas querrían amarte con ganas y dejarte pronto, porque son trabajadoras y apuran la noche. Ellas, las de ojos inquietos, soñarían convertirse en patronas mientras te exprimen y, de vez en vez, gemirían como si te gozaran.

Compartir en

Deja tu comentario