El reacio al cambio

Fecha: 11 de noviembre de 2021 Categoría: Recetario del fracaso Comentarios: 0

Cuando conocí a este ingeniero hacía maravillas con pocas cosas. Era un apasionado de la difusión de la ciencia y recorría escuelas primarias realizando experimentos para niñas y niños. Cargaba para todos lados una caja con materiales que en otras manos habrían sido inútiles: esferas de un material espumoso, lápices de variados colores, ligas, botones y cosas así. Con ese material rústico explicaba principios generales de física y hacía brillar la chispa de la creatividad en las aulas por las que pasaba. Un día logré el sueño de impulsar la construcción de un museo de ciencia y tecnología, donde se disponía de material de robótica y distintos juegos tecnológicos, así como un planetario y un observatorio. Pensé en este gran divulgador para coordinar actividades allí y, en algún momento, para dirigir a la naciente institución. Para mi sorpresa el ingeniero no estuvo interesado. A los pocos días fue a pedirme que lo regresara al viejo programa de recorridos escolares. Alegaba que allí no tenía con qué trabajar. Le expliqué que era una gran oportunidad para hacer lo mismo que hizo durante muchos años, pero con el respaldo de una institución especializada. No lo logré. Cuando fue posible regresó al trabajo que le gustaba: enseñando ciencia con pocos materiales a la mano. Quizás era feliz así.

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