Existen algunos que pretenden someter al espíritu a un cuello de botella, disciplinar al instinto que quiere desatarse. Tienen miedo de lo que puede hacer con ellos la bestia liberada. Sobre todo tienen miedo de seguirla, de dejarse llevar por ella hasta el delirio.
Hay mi amigo… a eso cuello yo lo llamo conciencia, cordura y hasta cierto punto prudencia.
Y es que algunos tenemos un espiritu que no veas como cuesta aplacarlo.
Si el espíritu es esa fuerza interior que te define como persona y que no obedece las leyes de la sociedad, inherente a cada quien, creo, como le comento a Rubén, que debe ser controlado, pués si no pusiéramos límites y viviéramos solo “espiritualmente” este humanidad ya hubiera pasado.