Soy un hombre que busca y que de tanto buscar ya olvidó lo que quería encontrar.
Sigo buscando por terquedad, esperanzando de que sabré reconocer lo que buscaba en un inicio.
Lo recordaré, eso espero, cuando lo encuentre.
Todas las cosas las gobierna el rayo, decía Heráclito y ello inspira conjeturas eruditas desde la filología y la filosofía. Para mi, tan dado a una mirada simple, es algo obvio. Es una metáfora. El rayo ilumina por un instante la oscuridad. Viviendo en las tinieblas, de vez en cuando tenemos la fortuna de un rayo en nuestra existencia y entonces nos miramos a la luz.
Todo se dilapida, día con día y sin embargo las cosas siguen como son desde el inicio.
Algunos son magníficos en la discusión pero pésimos en la búsqueda de la verdad.
Al ganar pequeños intercambios verbales se retiran satisfechos, empapados en sus propias palabras alejadas de la realidad.
Viven en la trampa de sus propios argumentos.
La mejor forma de lograr el acierto en una profecía es pronunciarla o escribirla después de que ocurra lo profetizado.