Marginal

Fecha: 19 de octubre de 2011 Categoría: La irreflexiva reflexión Comentarios: 0

La predilección por lo marginal es una vocación. Algunos tienden a lo sublime, otros a lo dominante, unos más sólo se dejan llevar. Pero existen los que gustan de los caminos mal transitados, esas rutas abandonadas que a veces, sólo a veces, llevan a paisajes interesantes. Otros cuantos, además de elegir lo poco transitado, tienen manías de recolectores darwinianos y se detienen a volver a mirar todo lo que quedó tirado. Examinan gustosos las rupturas y las malas vueltas, los recovecos sin sentido, las líneas de un subsuelo apenas descubierto por un súbito derrumbe, el lugar de descanso, un trivial montón de piedras, aquel claro que se dibuja casi excéntrico en la espesura, el raro instante donde la pendiente se vuelve hacia sí misma, los fragmentos sin desarrollo en la línea del pensamiento. Me gustan esos intentos vanos por seguir andando lo que alguien dejó a medias o desechó por cansancio, esos esfuerzos por darle nueva vida a lo que ya se decretó muerto, esa terquedad por volver a equivocarse. Que otros sigan por las vías rápidas. Aquí vamos los que gozamos del camino, sin prisa por llegar a otro lugar.

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