Dijo García Lorca que el mar es el cielo,
pero un cielo caído por querer ser la luz.
Dormí atenazado con ése y otros versos
soñando que nado en azul abismal.
Mirando hacia arriba
una lancha cruzaba
las nubes de espuma
y dorados haciendo cabriolas en el firmamento.
Mirando hacia abajo
un avión marcaba su línea
por aguas profundas
y bandada de alados nadando con picos al viento.
Mirando hacia un lado
el coral reposaba
en arrecife sin agua
y ballena embistiendo desde el barlovento.
Mirando hacia el otro
la palmera se mece
al vaivén de marea
y pez vela hinchando con el sotavento.
Soñé, en fin, que volaba en azul abismal
y el cielo es el mar
pero un mar erguido por querer flotar.