Casi una fábula

Fecha: 11 de septiembre de 2016 Categoría: Historias al pasar..., Sin categoría Comentarios: 0

Vi un bello documental sobre un corpulento tigre. En sus andanzas le apeteció un grácil mono que, apenas logró verlo, subió presuroso a un árbol. El tigre, sin prisa, se sentó a dormir una siesta. El mono, desde las alturas, hizo lo posible por molestar al peligroso intruso y le arrojó, divertido, una buena dosis de orina. El pestilente rocío apenas molestó al tigre, que siguió ronroneando entre el follaje.

El mono se divierte con su impunidad que por algunos momentos le da una sensación de poderío. Pero cuidado, la orina no es mortal y el tigre sigue allí, esperando con paciencia. Solo necesita una oportunidad y el mono no podrá arrojarle nada cuando esté al alcance de esas garras.

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